La naturaleza siempre es fuente de inspiración, conocimiento y sabiduría, donde podemos observar el funcionamiento tan delicado y en equilibrio que existe en ella. Las selvas son focos principales para el estudio de interactuaciones biológicas que existen entre las plantas y el medio donde habitan.
En este caso visitamos la hermosa selva Valdiviana en la décima región al Sur de Chile, donde apreciamos dichas interactuaciones, con vegetación frondosa en la verticalidad, tapizando todo espacio posible.
La humedad constante existente y las fuentes de agua propician la supervivencia de estos jardines colgantes.
Los árboles, como el Alerce (Fitzroya cupressoides) nativo de la zona, se encuentran vestidos con elegantes trajes de helechos, musgos,líquenes, plantas epifitas y bromelias como la característica chupalla (Fascicularia bicolor), donde encuentran medio de crecimiento interactuando con microorganismos para su buen crecimiento.
Este ecosistema, entre sus funciones, no solo actúa como gran pulmón oxigenando el aire, sino que alberga flora y fauna de gran valor destacando la vida anfibia, muy importante para la sostenibilidad de la selva. En la foto dos especies de ranas endémicas encontradas en nuestra visita (Eupsophus sp. y Alsodes norae).
Los jardines verticales son reflejo, a nuestra semejanza, de estos ecosistemas naturales, con el mismo funcionamiento, humedad y agua que incorporamos con riego tecnificado y un hermoso vestido de vegetación que permanece constante en el tiempo.
El objetivo que se persigue con los jardines verticales es crear un ecosistema lo mas naturalizado posible, que sea autosuficiente, al igual que el estado naturalizado de las selvas, como este jardín vertical que realizamos hace dos años en Santiago de Chile. Las raíces de las plantas interactuan con hongos y bacterias entrelazándose unas con otras, actuando como una red de carreteras comunicadas entre si.
En el diseño de nuestros jardines verticales siempre tenemos la posibilidad de asemejar estructuralmente la planta ornamental con la planta selvática natural, como por ejemplo el crecimiento de la Vinca major o Hedera helix «mini» imitando a las lianas que observamos en los árboles de la selva valdiviana.
Los helechos y los carex también son ejemplo de esta recreación natural a estos ecosistemas selváticos, aportando sensación de humedad y frescura al ambiente.
En definitiva los jardines verticales al igual que las cubiertas vegetales son eslabones que tienen la misión de prolongar la naturaleza en los medios urbanos, devolviendo de esta manera los espacios que ocupamos con hormigón.